

Cerramos el curso 2018/2019 con la celebración del Cursillo de Cristiandad número 474. Con un total de 7 asistentes, el fin de semana del 30 de mayo al 2 de junio transcurrió con la acostumbrada alegría y paz que nacen del encuentro íntimo y personal con Cristo. Por medio de la predicación, la oración y los sacramentos y la convivencia fraterna, el Cursillo consigue propiciar un cambio en el horizonte de la persona para hacer que traduzca en cristiano toda su existencia y pueda ser así fermento en medio de sus ambientes. Los testimonios que escuchamos en la clausura del domingo, tan potentes, nos dieron fe de ello. Ese mismo día, D. Jesús subió a la casa de D. Diego Hernández para saludar y mostrar su cercanía como Padre y Pastor. Este curso termina pero la vida del Movimiento en nuestra Diócesis sigue y ya estamos pensando en más Cursillos, más actividades, más pasión por llevar a Jesucristo Resucitado a los demás. Mientras queden personas que tengan necesidad de Dios en esta tierra de Orihuela-Alicante seguiremos siempre más allá. ¡Ultreya y de colores!
El 15 de mayo, a las 21:00h, en la sede de Alicante, vivimos un acontecimiento sin precedentes para nuestra Escuela de Cursillos de Cristiandad. Preparamos una sesión en la que los jóvenes fueron los protagonistas. El Sínodo, la JMJ de Panamá, la exhortación Christus vivit, el Encuentro Nacional de jóvenes del MCC,… La pastoral juvenil y vocacional está sobre la mesa y queríamos formar parte de ella. El encuentro dio inicio con la intervención de D. Antonio Martínez, director del Secretariado Diocesano de pastoral infantil y juvenil, que respondió generosamente a nuestra invitación y nos acompañó desgranando todos estos temas a la luz del carisma de Cursillos. A continuación, Gema Espinosa, miembro joven de nuestra Escuela, que participó en el último encuentro nacional en Toledo, compartió con nosotros todo lo que recibió durante ese fin de semana y como interpela a la vida de nuestro Movimiento. La noche terminó con una cena preparada por la comunidad de Escuela, en la que poder hablar y escuchar, pasar el rato en clima de fraternidad con nuestros jóvenes. Este acontecimiento ha sido una gracia de Dios porque nos ha puesto en comunión, una vez más, con nuestra Iglesia Diocesana. Porque ha acercado a jóvenes con inquietudes a los que podemos y debemos darle respuestas. Porque nos ha puesto en salida encarnando así una Iglesia misionera y dinámica. Porque Cristo lo hace todo nuevo y tenemos la seguridad que va a renovar a esta comunidad úpara ser fermento en sus ambientes y fuego para la Diócesis de Orihuela-Alicante. Y lo va a hacer de la mano de los jóvenes.
Con esfuerzo y mucha oración pudimos celebrar, del 4 al 7 de abril, el Cursillo de Cristiandad número 473. Una vez más, constatamos el gran acontecimiento de gracia que suponen esos días de Encuentro, en los que, una persona, a lo mejor alejada o con una vida de fe rutinaria, descubre que Dios es AMOR y que nos quiere felices. Las 13 personas que vivimos ese fin de semana salimos desbordantes de Espíritu Santo y fuego, anunciando con nuestro testimonio que el Señor ha estado grande con nosotros. D. Jesús, nuestro Obispo, se acercó el domingo para charlar con los Cursillistas, conocerlos y comer con ellos. Él mismo los animaba transmitiéndoles que también “he hecho Cursillos y soy Cursillista”. Cercano, al servicio de todos y con la alegre sencillez que le caracteriza compartió un rato con nosotros antes de la clausura, que culminó con gozo y eclesialidad todo lo vivido durante el Cursillo. La cosa no acaba ahí; Cristo, la Iglesia, cuenta con nosotros para fermentar la masa del mundo con la Buena Noticia de Cristo Resucitado. Del 30 de mayo al 1 de junio tenemos el siguiente, experimenta lo que te hemos contado y empieza una vida De Colores.
El pasado 11 de julio nuestro consiliario D. Efrem celebró sus bodas de plata sacerdotales y ningún familiar, amigo o feligrés (anteriores y actuales), no se lo quisieron perder. El MCC también estuvo acompañándolo en la Eucaristía de acción de gracias que tuvo lugar en su parroquia de San Jaime de Guardamar. La fiesta culminó con una cena en el mejor de los ambientes porque a todos nos unía allí el mismo amigo. Hablar de D. Efrem es hablar de Cursillos. Su ministerio consagrado al Movimiento de Cursillos ha dejado innumerables frutos y hoy es motivo para nuestra comunidad de dar gracias a Dios por el regalo de su vida entregada. Aún nos queda mucho por vivir y compartir. Gracias D. Efrem, por su trabajo, su cariño, su buen humor.